¿Qué es una vivienda adaptada?

¿Qué es una vivienda adaptada?

La vivienda es un elemento fundamental en la vida de cualquier persona. Goza de gran importancia por ser el espacio donde la persona crea su propio ambiente y desarrolla sus relaciones interpersonales más cercanas. Pero no todas las viviendas son iguales.

Una vivienda adaptada garantiza la autonomía, la seguridad, la dignidad, el confort y el ahorro de tiempo, no sólo de las personas que la habitan, sino también de aquellas que la visitan.

Criterios básicos, para Viviendas “ADAPTABLES”

Para lograr que las personas en silla de ruedas y con movilidad reducida tengan el máximo de autonomía y confort posible, se requiere adaptar el interior de la vivienda. Imaginemos que estás pensando en comprar un piso y necesitas adaptarlo, éstos son algunos de los requisitos mínimos:

  • Evitar los desniveles utilizando elevadores verticales, plataformas elevadoras o sillas salvaescalera para las viviendas con varios pisos. En el caso de que no sean necesarios los elevadores, habrá que poner barandillas en las escaleras.
  • Las puertas de acceso a la vivienda y estancias principales deben ser de 80cm de ancho,para que una silla de ruedas pueda pasar sin dificultades. La instalación de puertas correderas facilita enormemente la accesibilidad.
  • Los agarraderos de paredes tienen que estar situados a una distancia adecuada, para que puedan usarse para mantener el equilibrio.
  • Los pasillos y puntos de giro tienen que ser fácilmente maniobrables con una silla de ruedas. Los pasillos en línea recta deben tener un ancho de 90cm como mínimo. Se debe poder realizar un círculo de 120cm de diámetro libre de obstáculos frente a la puerta de entrada.
  • Los suelos deben ser antideslizantes y sin irregularidades, ni obstáculos.
  • El alcance de una persona en silla de ruedas está entre 0.4m y 1.40m de altura, de modo que enchufes y mobiliario debe adaptarse a estas alturas. La altura de referencia es la de una mesa de Trabajo, la encimera de la cocina o la pica del baño no deberán superar los 85cm de altura.
  • En cuanto al mobiliario se buscará que los muebles tengan formas redondeadas para evitar posibles daños ante un tropiezo, y colocarlos de forma que no entorpezcan el paso. Es importante que las estanterías y los cuadros queden bien fijos a la pared. También puede que sea necesario cambiar algunos muebles. Las camas, por ejemplo, suelen colocarse a 45 centímetros de altura.
  • El interior de los armarios debe estar organizado de forma que los objetos que se usan con más frecuencia sean fácilmente accesibles.
  • Frente a la puerta de la cocina y frente al fregadero, debe poderse realizar un giro de 1,20 m de diámetro, libre de todo obstáculo. En la cocina, la altura del fregadero puede dar más de un quebradero de cabeza, y una buena solución será instalar un grifo extraíble.
  • El baño es uno de los puntos más peligrosos. Se debe poder acceder frontalmente al lavabo y lateralmente a la ducha. El suelo ha de ser antideslizante en seco y en mojado. Si es necesario también debes adaptar el teléfono para ciegos o para personas con deficiencias auditivas en caso de que resulte necesario.
    • La ducha, es preferible utilizar ducha a bañera e incluir una alfombrilla antideslizante, barras asideras y grifería termostática para regular la temperatura. Las duchas más adecuadas son las que cuentan con suelo rasante, que se ponen directamente en el suelo. En caso de no poder poner una de estas hay que evitar que sean muy altas. Deberá contar con un asiento o banco en su interior.
    • El lavabo no debe tener pedestal, debe estar colocado a ≤85 cm del suelo y tener una altura libre bajo él de ≥68 cm para permitir el acceso.
    • Coloca lavabos tipo Access para poder acercarse a ellos con facilidad, incluso en el caso de que se utilice silla de ruedas. Debes poner inodoros y colocar barras asideras que faciliten su utilización. Además, es mejor que evites los pestillos en la puerta del baño para evitar problemas futuros, por si alguien tiene que acceder por una urgencia. Coloca la puerta para que esta abra hacia el exterior y así facilitar que pueda ser desmontada desde fuera en caso de emergencia.
  • En el salón es recomendable utilizar asientos con reposabrazos y respaldos que no sean ni muy bajos ni muy altos, para que las persona con discapacidad no tenga dificultades para sentarse y levantarse. Por este motivo, los sillones suelen ser mejor solución que los sofás, al igual que sería también ideal contar con un reposapiés y un respaldo reclinable. La televisión deberá tener un mando a distancia y contar con auriculares inalámbricos, si se trata de una persona que tiene discapacidad auditiva.
  • Los dormitorios de las personas con discapacidad o personas mayores deben estar adaptados a sus capacidades para resultar accesibles.

Es necesario solucionar cualquier problema que impida una estancia agradable y cómoda, Al igual que en el caso del salón y comedor, muchas de las adaptaciones que hay que hacer, si no todas, pasan por modificar o cambiar el mobiliario, su disposición o ambos en el espacio de la estancia.

¿Qué debe permitir una vivienda adaptada?

  • Acceder de forma autónoma desde la puerta de la vivienda hasta la calle
  • Entrar en todas las estancias de la vivienda
  • Modificar tabiquería para facilitar movimiento con la silla con el menor número de maniobras posibles
  • Renovar la cocina para conseguir espacios de trabajo
  • Modificar el baño para conseguir mayor autonomía
  • Colocar suelo antideslizante y barras de sujeción
  • Reinstalar los enchufes e interruptores de luz a una altura idónea
  • Incorporar un sistema de control ambiental para maximizar la independencia

Establecer un criterio de prioridades significa que obligatoriamente hay que tener adaptado el baño, moverse por el dormitorio y las estancias principales de la casa (salón y cocina), así como poder acceder con total independencia a la calle. Este criterio va a permitir mejorar otras áreas personales, por ejemplo, poder quedar con amigos, plantearse una ocupación, etc.

Si se trata de una vivienda en planta alta habrá que contemplar la accesibilidad de escaleras, rampas y ascensores. Debe evaluarse la accesibilidad de la información relativa a la escalera, el número de planta, la letra del piso, etc.

Se debe valorar el espacio necesario si se utilizan ayudas técnicas específicas para la movilidad, como las grúas, que requieren espacio para el asistente además del espacio que ocupa la propia grúa.

Cada una de las dependencias debe contar con entrada y puerta accesibles, y debe estar conectada a través de pasillos que permitan la circulación de una persona con movilidad reducida y el acceso a dichas dependencias.

El interior de las dependencias debe contar con mobiliario e instalaciones cómodas, seguras, funcionales y de fácil manejo.

Se debe evaluar la ubicación de interruptores, enchufes y termostatos, así como su fácil localización, para lo que contrastarán en color con los paramentos circundantes y dispondrán de un piloto luminoso que permita localizarlos en la oscuridad.

Para garantizar la máxima seguridad es conveniente que no existan elementos sueltos que puedan provocar tropiezos (por ejemplo, alfombras, cables, etc.) o fijarlos muy bien al suelo mediante bandas de doble cara.

También es conveniente la instalación de avisadores acústicos y/o luminosos y señales de emergencia en todas o algunas de las dependencias.

Conviene que las ventanas no sean pesadas, que sean de fácil apertura y a ser posible automatizadas, y que no invadan las áreas de circulación. Las persianas pueden ser de subida y bajada motorizada.

En algunos casos, como el de las personas sordas, puede ser interesante que la vivienda cuente con espacios abiertos y/o con superficies transparentes que faciliten la comunicación.

Domótica

La domótica ayuda a gestionar las instalaciones de una vivienda de una manera más cómoda para los usuarios, mediante la automatización de determinadas tareas. De esta forma procuramos adaptar las instalaciones a las necesidades del usuario y no el usuario a las condiciones de las instalaciones.

La automatización y control de elementos puede incluir, por ejemplo, la iluminación, persianas y toldos, puertas y ventanas, cerraduras, climatización, riego y el funcionamiento de electrodomésticos. Se pueden incluir alarmas de intrusión, pero también alarmas técnicas y alarmas personales en caso de necesidad de ayuda urgente.

Además del control y automatización se pueden adaptar los interfaces a las necesidades y capacidades de las personas que van a utilizar el sistema; pueden ser pulsadores o conmutadores, mandos a distancia o navegadores web. Estos dispositivos evitan la necesidad de desplazarse para controlar distintos dispositivos operativos en la casa.

También es posible utilizar interfaces de reconocimiento de voz para personas que lo necesitan. Incluso se puede utilizar el propio cuerpo como interfaz. Por ejemplo, se puede encender la luz cuando una persona está presente en una habitación o llamar a un ascensor cuando se acerca a la puerta. También se puede detectar si hay alguna puerta o ventana abierta y por ejemplo apagar todas las luces al salir de casa.

Otro de los objetivos es facilitar las tareas diarias y garantizar la seguridad.

Para facilitar las tareas diarias se pueden agrupar funciones para, por ejemplo, permitir al usuario o pulsar un botón al salir de casa que apaga todas las luces, corta la electricidad de la cocina y activa el sistema de alarma, etc.

Para mejorar la seguridad puede ser interesante el uso de alarmas de escapes de agua y gas, alarmas de humos/incendios, etc.

También es importante que las alarmas de agua y gas corten de forma automática el suministro y que todas las incidencias puedan, si es necesario, mandar un aviso a terceros fuera de la casa (familiares, vecinos, profesionales del servicio de teleasistencia) que puedan ayudar a resolver el problema.

Puedes consultar la legislación en PDF en el siguiente enlace:



Consultar legislación